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sábado, 29 de octubre de 2016

Iván

          Ese día, Iván se levantó temprano, como todos los días, para acudir a su trabajo. No se imaginaba que ese día iba a ser especial porque salvaría la vida de un pequeño inocente.

          Iván trabaja en las palmas guaraperas. Ese día, bajó el cubo de guarapo y, cuando ya se iba, le pareció oír el llanto de un cachorro. Le parecía imposible que allí, en aquella montaña, aislada y llena de tuneras, pudiera haber un perro con vida. Puso toda su atención y sí, efectivamente, volvió a oír el lamento de un perro.

          Agudizó la vista y el oido... y, por fin, lo vió. Un pequeño de dos meses, metido entre las tuneras.

          Meterse entre las tuneras para rescatarlo era peligroso, porque el desalmado que lo había lanzado lo había hecho con todas sus fuerzas, con la intención de matarlo.

          Las tuneras con sus picos hacían casi imposible meterse en ellas. Pero Iván, que es un enamorado de los animales, no lo pensó dos veces. Se metió entre las tuneras y, aunque se clavó varios picos, logró llegar hasta el pequeño.

          Cuando lo tuvo en sus brazos, la emoción y el asombro no lo dejaban reaccionar. Era un pequeñin asustado, herido y rebosando pulgas y garrapatas.

          Inmediatamente, avisó a la protectora. Nuestra pena fue muy grande al ver ese cachorrito desvalido q solo se quejaba. Lloramos de tristeza, de rabia y de impotencia. No podíamos ni tocarlo porque su cuerpecito dolorido no admitía ni el más leve roce, se quejaba y lloraba. Temíamos que tuviera algún golpe grave y que no llegara con vida a la clínica, pero sí, nuestro precioso y valiente cachorrito llegó a la clínica y con los cuidados del veterinario, se recuperó.

          Lo tuve en acogida en casa, donde fue feliz, Iván (así bautizado en honor a su héroe) cogió mucha seguridad y gusto por la vida y se convirtió en un hermoso y precioso perrito lleno de alegria que enamoraba a todos.

          Iván (hoy Nepal), está felizmente adoptado en Alemania, dónde es un miembro más de la familia y tratado como un pequeño principe.
 
          Nos seguimos preguntando: ¿Cómo pueden existir individuos tan crueles e insensibles que quieran darle muerte a un inocente cachorrito? No supimos de donde era y si tuvo hermanitos que, seguramente, correrían peor suerte, pero esperamos y deseamos que nunca más otro perrito tenga que pasar por lo mismo que nuestro Iván.




Por Eulalia Dorta

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