Era tan pequeño cuando llegó a su hogar, que lo bautizaron con el nombre "Miniatura", pero incluso el nombre parecía demasiado grande para algo tan pequeño, así que lo llamaban Mini.
Siendo tan pequeño, la glándula de uno de sus ojos se salió y luego la otra, y fue tan la fortaleza que el perrito mostró durante el tratamiento, que decidieron que su nombre debía ser Rocky.
Nos alegra que, pese a todos las historias de perros que han pasado miserias y penurias, podamos ver perritos como Rocky, que viven y vivirán felices, conviviendo con buenas personas que les cuidan y les dan el amor que otros animales aún esperan encontrar.
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