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lunes, 21 de agosto de 2017

Colón

     Todos conocemos a varios perros "autopaseantes", de esos que sus dueños dejan sueltos para que den vueltas por ahí y vuelvan a casa cuando se aburran. Suelen tener collar y no estar demasiado flacos, por eso, quitando la posibilidad de atropello, no nos preocupan demasiado.

     Colón, sin embargo, salió perjudicado precisamente por parecer uno de esos perros. La primera vez que lo vimos fue cojeando por la Avda. de Colón, de ahí su nombre. Lo llevamos la veterinario, la cojera venía de atrás, pero estaba lleno de pulgas. Fue desparasitado y llevado a las jaulas mientras intentábamos dar con su dueño, de donde escapó.


     Nos imaginábamos que ya estaría en su casa, por lo que no lo buscamos más. Hasta que una chica nos dio el aviso de un perrito que siempre estaba por la zona de la residencia escolar, ella llevaba poco tiempo viviendo ahí, pero sus vecinos decían que llevaba cosa de dos años por allí, durmiendo debajo de un contenedor. Era él. Llevaba collar por lo que todos pensaban lo mismo, "tiene dueño pero se escapa detrás de perras en celo". Al parecer, un señor de la Lomada tiene uno igual, por lo que todos pensaban que era él.






      Empezamos a buscar una casa de acogida para él, ya que sabíamos que no duraría en las jaulas, ya se había escapado en dos ocasiones... Pero, mientras buscábamos, fue atropellado. Lo llevamos al veterinario, no tenía daños, pero ya no queríamos que volviera la calle. En el veterinario, comenzó a demostrar como era su carácter... y lo apodamos "almita de Dios". Nunca ladraba. Nunca hacía sus necesidades dentro de la jaula, cariñosísimo... Pero, por desgracia, dio positivo en Filaria (Gusano del corazón), el tratamiento requiere mucho reposo, así que necesitábamos una casa de acogida tranquila.

     Y, por suerte, enseguida conseguimos una muy buena casa de acogida para él, compartía casa con una cachorrita inquieta, que también había sido rescatada por Pro Animal, con la que hizo buenas migas y a la que ayudaba a aprender buenas maneras...


     Colón fue sometido al tratamiento y se recuperó muy bien, en su casa de acogida le adoraban, vivía tranquilo y feliz... Pero nosotros no perdíamos la esperanza de que consiguiera una casa definitiva, de donde ya no tuviera que salir.

     Y...

¡Nuestros ruegos fueron escuchados! Una buena familia de Valle Gran Rey decidió cogerlo en casa y darle una oportunidad, probando a ver si se adaptaba a su casa y su familia... Y por supuesto, en muy poco tiempo se ganó el corazón de todos.

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