Siempre que vemos un perro en malas condiciones, nuestro primer pensamiento es que no lo quieren, que sus dueños son malas personas y que el perro recibe golpes y cosas peores... Pero lo cierto es que no siempre es así, en el caso de estos perritos, su dueña los quería, y los tenía lo mejor que su edad y sus recursos se lo permitían. Pero, obviamente, no era suficiente.
Fue debido al cariño que les tenía, que tomó la difícil decisión de pedir ayuda para buscarles un lugar donde pudieran estar mejor.
No fue fácil, ya que no había un lugar al que poder llevarlos para prepararlos: necesitaban vacunas, microchips, castraciones, peluquería... y lo más difícil de todo, necesitan socializar y aprender a vivir dentro de una casa.
Los bautizamos Einstein, Flemming, Edison, Newton y Darwin. Todos curiosos y con ganas de experimentar y conocer todo lo que la vida les podía ofrecer.
En muy poco tiempo, se acostumbraron a recibir cariño, a caminar con correa, a vivir dentro de la casa, parecían ansiosos por demostrar que podían encajar y que agradecían con cariño cada uno de los mimos que recibían.
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| Darwin |
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| Edison |
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| Einstein |
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| Flemming |
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| Newton |
Una vez estuvieron preparados, volaron a Alemania, donde consiguieron enseguida familias amorosas, que les demuestran día a día lo que es vivir entre algodones.
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| Einstein |
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