Hasta que un chico decidió intentar cogerla antes de que corriera hacía la carretera y la atropellara un coche. Sólo una persona decidió ayudarle a conseguir acorralarla lo suficiente para conseguir cogerla. Desde que le puso la mano encima, la perra empezó a morderle y a chillar, la pobre criatura solo había conocido golpes de manos humanas. Tenía varias heridas y se asustaba cuando alguien se le acercaba.
Hacía unos días que el Ilmo. Ayto. de San Sebastián había dado luz verde al uso de las jaulas para recoger los perros aparecidos en el municipio, por lo que, al menos, no teníamos que preocuparnos por el que siempre ha sido uno de nuestros peores miedos, no tener un sitio en el que meter al perro y tener que soltarlo de nuevo a su suerte.
Al segundo día de estar en las jaulas, ya había un señor interesado en ella, al cabo de una semana vino desde Suiza sólo a conocerla, y al par de días de conocerla, se la llevó con él, a que cogiera confianza, a conocerse mutuamente... y a Suiza, donde ahora tiene un hogar, un compañero, cariño y la seguridad que nunca conoció en el lugar que nació y donde fue abandonada.
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